Un verso

Eres la rosa que nació del corazón de Dios, él te adorno con la  cálida sonrisa capaz de devolver la longevidad a las rosas mustias. Él te vistió con su amor y su gracia, cubrió tu hermosura con el fino manto de la luna y los rayos del astro pletórico formaron parte de tu esplendor. Él mismo en un desliz de amor te escogió para sí de entre todas sus hijas, y tú como criatura obediente ofreciste tu beldad como holocausto agradable. Solo a ti él te reconoce como la princesa vestida de oro de ofir que sube del desierto convirtiendo el yermo en páramo, eres la doncella que consagra toda sus existencia al amor verdadero.

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