El conocimiento en el pensamiento filosófico de Edmund Husserl

Biografía del autor
Edmund Husserl (1859-1938), filósofo alemán, iniciador del movimiento filosófico denominado fenomenología y una de las figuras más significativas de la filosofía occidental contemporánea. Durante su periodo de formación fue discípulo de los matemáticos Leopold Kronecker y Karl Weierstrass[1].

Contexto filosófico y científico de Edmund Husserl
Fueron varias las corrientes filosóficas y científicas que se desarrollaron durante el siglo XX, en el que vivió Edmund Husserl. Entre estas corrientes cabe mencionar: el existencialismo[2], la hermenéutica, la Escuela de Francfort, el estructuralismo y el pensamiento posmoderno. La filosofía del siglo XX es un esfuerzo por re-pensar categorías antiguas, como las de la razón, esta filosofía también parece homogénea a la hora de dar soluciones: entrados en crisis la razón moderna, el Sujeto moderno, el Estado moderno, etc.

La fenomenología de Edmund Husserl ejerció una gran influencia sobre algunos de los pensadores más significativos del siglo XX. Entre ellos deben ser citados Martin Heidegger (colega de Husserl en la Universidad de Friburgo y que desarrollaría la denominada fenomenología existencial) y Jean-Paul Sartre.

“[…].La fenomenología husserliana también influyó en la filosofía de Ortega y Gasset (España, 1883-1955), en tanto que éste consideraba la necesidad de “salvarnos en las cosas mismas” y entendía que la coexistencia yo-mundo tenía el orden siguiente: yo soy con las cosas, en medio de ellas, frente a ellas, porque las cosas nos afectan, porque vivir es estar en el mundo y las cosas son para mí, es decir, para una conciencia, porque pienso las cosas”.[3]

La fenomenología perdura en la actualidad como una de las tendencias más vigorosas del pensamiento filosófico contemporáneo y su huella se ha dejado sentir también con fuerza en disciplinas tales como la teología, la lingüística, la psicología y todo el conjunto de las ciencias sociales en general.

Rechazo al psicologismo por parte de Husserl

El punto de partida filosófico de Husserl es la crítica del psicologismo. Husserl se refutó a sí mismo en su obra Investigaciones lógicas (2 vols., 1900-1901), en la que abogaba por no otorgar prioridad al psicologismo en el campo de la lógica y donde abordó una reorientación radical del pensamiento puro.

Se llama psicologismo a la actitud filosófica dominante en los últimos decenios del siglo XIX, según la cual la psicología es la raíz, el fundamento de la filosofía, especialmente de esas tres grandes disciplinas: lógica, ética y estética. Husserl se opone absolutamente a esto. Y dice que hay un equívoco: es evidente que se trata de pensamiento, pero la palabra "pensamiento" quiere decir dos cosas: una actividad psíquica, que no tiene nada que ver con esto; y los objetos, el comportamiento de los objetos: la lógica no se refiere para nada a los actos del pensamiento  yo puedo pensar una cosa u otra, ese pensamiento puede estar justificado o no: la lógica no habla para nada de pensamientos, no habla de actividad psíquica; habla precisamente de los objetos, de los contenidos de pensamiento. Y lo mismo se puede decir de la ética o de la estética.

Husserl prescinde de toda consideración general sobre principios y nos pone en presencia de proposiciones concretas de la lógica y de la ciencia, con el objeto de hacernos ver, por intuición directa, cual es su estructura esencial. En esta actitud, que contiene en  germen todo el desarrollo del pensamiento ulterior  de la fenomenología. 

“llega por dos camino a la superación del pensamiento psicologista. Muestra en primer lugar como, si damos por supuesto las premisas del psicologismo, llegaremos a conclusiones absurdas. Previa esta demostración, por el absurdo pone en presencia de las hipótesis fundamentales del psicologismo y trata de hacernos ver, por intuición directa, su incongruencia intrínseca”[4].

Para Husserl, la labor del filósofo consiste en la superación de las actitudes naturalista y psicologista mediante la contemplación de las “esencias” de las cosas, que pueden ser identificadas de acuerdo a las leyes sistemáticas que rigen la variación de los objetos en la imaginación.

El método fenomenológico de Edmundo Husserl
Su método concedía una primacía absoluta a la conciencia, a partir de la que se construye tanto el mundo objetivo como la intersubjetividad, basada en la experiencia de los otros.

Husserl afirmaba: “La fenomenología es un idealismo que no consiste más que en la auto explicitación de mi ego como sujeto de todo posible conocimiento, llevada a cabo de modo consecuente en la forma de una ciencia egológica sistemática, y esto con respecto al sentido de todo lo que es, que debe poder tener justamente un sentido para mí, el ego”.

La clara comprensión del método y de la filosofía fenomenológica exige tener en cuenta los sentidos diferentes y en cierto sentido antagonista de la palabra teoría. Teoría significa, en primer lugar, especulación pura y desinteresada.

“La fenomenología es todo lo contrario de una teoría explicativa. No se propone explicar nada. Se limita a describir con pulcritud”[5].

Aportó, asimismo, análisis detallados de las estructuras mentales implicadas en la percepción de objetos particulares “describió de modo muy minucioso, por ejemplo, la forma en la que captaba un manzano en su jardín”. Así, aunque la fenomenología no asume la existencia de nada, no es sin embargo una disciplina descriptiva.

Según Husserl, la fenomenología no debe dedicarse a inventar teorías, sino a describir las “cosas en sí mismas”.

“En efecto, la existencia para mí de objetos en la más amplia acepción del término (cosas reales, vivencias, números, hechos objetivos, leyes, teorías, etcétera) no significa por lo pronto nada que merezca llamarse evidencia, sino tan sólo que esos objetos valen para mí, o con otras palabras, existen para mí en mi conciencia, como cogitata, de que tengo conciencia en cada caso en el modo posicional de la creencia cierta. […] sólo podemos estar seguros del ser real por medio de la síntesis de la verificación evidente, que da auténticamente la justa o verdadera realidad”[6].

Es claro que la verdad, o la verdadera realidad de los objetos, sólo puede extraerse de la evidencia, y que ella sola es quien hace que tenga sentido para nosotros un objeto (sea de la forma o especie que quiera) «realmente» existente, verdadero, justamente válido, con todas las determinaciones que le corresponden para nosotros bajo el título de verdadera esencia suya. Martin Heidegger, proclamó que la fenomenología debe poner de manifiesto qué hay oculto en la experiencia común diaria.

Análisis crítico de dicho método
Husserl en sus investigaciones se ha preocupado por el objeto del conocimiento. Para este autor lo importante son los objeto del conocimiento intuitivo, él parte siempre de la evidencia. Él considera este conocimiento de validez universal. Según este filosofo, los objetos ideales no tienen realidad. En cierto punto estoy de acuerdo con Husserl, La realidad solo es lo que es verificable, todo aquello que no es verificable es solo ideas, las cuales se hallan en nuestro consciente. En otras palabras, la verdad únicamente se puede extraer de los objetos reales. En fin la fenomenología de Husserl, no es simplemente una teoría explicativa, sino que se limita a describir sin sustentarse en ninguna hipótesis. Este método está libre de todo prejuicio y de toda teoría, ya que una teoría simplemente es una especulación. El hombre solo llega al verdadero conocimiento cuando es libre de todos los elementos antes mencionados. Solo y únicamente lo que se puede observar es objeto del conocimiento.  El conocimiento se va formando con las experiencias diarias y ordinarias de la vida.



[1] Karl Weierstrass (1815-1897), matemático alemán que colaboró en la fundación de la moderna teoría de las funciones. Función, en matemáticas, término usado para indicar la relación o correspondencia entre dos o más cantidades. Hermenéutica, arte de interpretar textos para fijar su verdadero sentido. Los teóricos de la hermenéutica del siglo XIX, como Friedrich Schleiermacher y Wilhelm Dilthey, entendían la comprensión como un proceso de reconstrucción psicológica, es decir, de reconstrucción, por parte del lector, de la intención original del autor.
[2]Existencialismo, movimiento filosófico que resalta el papel crucial de la existencia, de la libertad y de la elección individual, y que gozó de gran influencia en distintos pensadores y escritores de los siglos XIX y XX.
[3] Sebastián Salgado González. Corrientes filosóficas del siglo XX, IES ISABEL DE CASTILLA (Ávila) – Dpto. de Filosofía. Pág. 6
[4] Joaquín Xirau. La Filosofía de Husserl, una introducción a la
fenomenología, Pág. 34
[5] Ibíd. Pág. 39
[6] Edmund Husserl Meditaciones Cartesianas, Pág. 111

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