El hombre criatura suprema

El hombres es el ser más maravilloso, porque a pesar de su grandeza es débil y tienen un principio y un fin. Muchos pensadores al contemplar la realidad del ser humano,  lo consideran una pasión inútil, un sin sentido. Pero el hombre no es una pasión inútil, ya que esta hecho a imagen y semejanza de Dios y eso no es cualquier cosa.

Ser imagen de Dios implica que el todo poderoso nos hace capases de crear, y él deja toda la creación en las manos humanas. El hombre recibe del señor la misión de seguir creando y transformando la materia que lo rodea para su propio bien. El filósofo francés Bergson afirma que “Dios nos creó creadores”. Dios pone el mundo a disposición del hombre, no para que lo destruya, sino para que lo siga creando. Ante esta orden el ser humano tiene que tomar una actitud de responsabilidad y respecto por lo creado.

El señor pone la naturaleza en la mano del hombre, para que la proteja, como buen administrador. Por tal motivo no se puede violentar la naturaleza. Si se hace daño a la naturaleza el hombre se transforma en destructor y no en creador. El hombre tiende siempre al infinito, por eso todas las obras que realice tienen que estar orientadas hacia el bien supremo. San Gregorio de nisa dice “el hombre vive en este mundo en continua tensión hacia el bien mayor y mejor, porque en definitiva, como imagen, tiende hacia el Bien infinito que es su arquetipo”. Se afirmaría que el hombre es una flecha lanzada al infinito.

La persona por ser imagen de Dios también tiene una libertad y se desarrolla en la práctica contante de esta libertad que posee intrínsecamente. Cuando el hombre se siente libre descubre que Dios, no está fuera de él, sino que está en lo profundo de su ser, como dice Agustín de Hipona “te busque fuera de mí y estabas dentro de mí”. 

El ser humano tiene al gran creador en su interior. Cuando en el hombre no reconoce que el señor está en él, se destruye porque se busca así mismo. El hombre a pesar de que tiene al creador dentro de sí, también tiene una vocación. El ser humano no fue arrojado en este mundo para que estuviera estático, sino para perfeccionar y enriquecerse, este enriquecimiento y perfección solo se da cuando el hombre sale de sí y se entrega.

El hombre no solo está llamado a religarse con lo divino, sino con los demás hombres que lo rodean.  En este punto entraría la corporeidad de la persona, el cuerpo como primera manifestación de la persona permite que este se relacione con los demás, y que pueda formar comunidad con su congéneres. Al poderse asocial el hombre toma una actitud de responsabilidad ante los demás ve al otro como un verdadero hermano.  Por ser social el hombre es un ser histórico, porque se realiza y se forma en la historia. El hombre es quien construye la historia, ya que tiene la capacidad de situarse en ella, no como los animales que sufren los cambios y se quedan iguales.


El hombre por ser imagen de Dios tiene la facultad de estar en íntima relación con él, esto es lo que lo hace diferente de la demás criaturas creadas.  Después de haber analizado este documento, uno se da cuenta que no conoce casi nada de lo que significa ser hombre o humano. El hombre es un misterio que día a día se va desvelando, porque no tiene la luz suficiente para comprenderlo todo. Lo que en realidad el hombre conoce de sí mismo es lo que el mismo señor ha revelado en la persona de su hijo. Si Dios se hace hombre es porque este tiene un gran valor para él.

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