SOBERANO BIEN Y FELICIDAD

El hombre desde los primeros tiempos de la filosofía siempre ha buscado el bien, pero no un bien pasajero, sino el soberano bien. Este es visto como fin supremo de toda la actividad humana. Aristóteles afirma que el supremo bien lo concibe cada hombre a su manera, se nota el subjetivismo en este pensamiento. En cambio  Platón diría que el bien está más allá de lo que uno como individuo pueda aprehender. Estas son unas de las tantas posturas que se tienen sobre el bien supremo.

La felicidad consiste en  vivir en plena conformidad con el orden enteramente racional del mundo. Todo lo que llamamos felicidad radica fundamentalmente en la contemplación, que es la más alta función del alma racional. Sin los elementos antes mencionados sería imposible una vida feliz, pero estos elementos dependen fundamentalmente de los ejercicios de la facultad intelectual que es innata al hombre.

El hombre de bien encuentra la felicidad en el ejercicio de la virtud práctica, a pesar de todo esto la felicidad también depende en gran medida de los bienes exteriores. Una vida así es placentera en sí misma, pero La verdadera felicidad no es el placer en movimiento, sino que es "el placer en reposo". Por el contrario los epicúreo plantean una felicidad libre, que los llevara a una concesión materialista del hombre y corre el riego de convertirse en un libertino.

El filósofo Descarte hacer una gran diferencia entre la dicha y la felicidad y dice, que  La dicha no depende más que de cosas que están fuera de nosotros, la felicidad consiste en un perfecto contento de espíritu y en una complacencia, que no suelen tener los más favorecidos por la fortuna, y que los sabios adquieren sin ella. Así, vivir con felicidad. Descartes concibe la felicidad, como un desplazamiento de los deseos, dejando de ponerlo en la obtención del Soberano Bien entendido como meta, y poniéndolo en la firme y constante resolución de seguir lo que nos aconseje la razón. La felicidad del hombre sólo depende de aquello que depende de él, por ello mismo el hombre es feliz y es verdaderamente libre.